miércoles, 28 de marzo de 2012

EFECTOS ECONÓMICOS DE LA HUELGA GENERAL


Éste es un espacio económico, y por tanto no vamos a entrar en la discusión de la pertinencia o no de la huelga general que las organizaciones sindicales han convocado para el 29 de marzo. Sería una cuestión política, y en este espacio lo que queremos analizar son los efectos que puede provocar en la economía española. Buscamos determinar cuánto nos va a costar la huelga general.

Cualquier economista convencional comenzaría diciendo que las huelgas reducen el Producto Interior Bruto (PIB). Si perdemos un día de actividad económica en el país por huelga, caerá el producto por trabajador; esto es, se producirá menos. Haciendo grandes números, podríamos estimar lo que se deja de producir dividiendo el PIB español de un año (1,073 billones de euros) entre el número de jornadas laborales que tendrá este 2012 (unos 250 días). Este sencillo cálculo arrojaría una pérdida para la economía española de 4.275 millones de euros. Bien es cierto que no todos los trabajadores del país van a secundar la huelga. Si estimamos que un 50% de los trabajadores acudan a trabajar y el otro 50% no lo haga, estaríamos hablando de unos 2.137 millones de euros.  

Esos 2.137 millones de euros suponen un 0,20% del PIB, si bien habría que realizar un par de ajustes. El primero de ellos es que en realidad no se suele perder un día entero de trabajo, ya que en muchas ocasiones los empleados sacan adelante en días anteriores o posteriores parte del trabajo que deberían haber realizado el día de la huelga general. El segundo sería tener en cuenta el ahorro de costes que supone para las empresas pagar un día menos de salario a todos los empleados que secundan la huelga. Tras algunos ajustes como éstos, grosso modo, utilizando simplemente una hoja de cálculo, la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE) y un poco de imaginación, podríamos cuantificar el quebranto económico de este día de huelga general en bastante menos de los 1.000 millones de euros que estima la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), aproximadamente un 0,10% del PIB. Como curiosidad, esa cifra es muy similar a la suma de los ingresos anuales del Real Madrid y el F.C. Barcelona.

Por otra parte, no tenemos que quedarnos solamente con ese dato. Algunos economistas consideran que a corto o medio plazo las huelgas generales pueden ser beneficiosas para el conjunto de la economía. Si la convocatoria consigue alterar de algún modo el reparto de rentas por parte de los empresarios, la economía se vería beneficiada por una demanda más fuerte (trabajadores con mayores salarios y por tanto mayor capacidad de compra) y por unos trabajadores que serían más productivos como consecuencia de tener empleos más estables y de mejor calidad.


Por desgracia es muy complicado cuantificar el quebranto para la economía de esta jornada de huelga general, y aún más complicado conciliar las posiciones de los que opinan que el efecto neto sobre la economía es positivo a medio plazo y los que opinan lo contrario, y tendríamos que enfrascarnos en un acalorado debate ideológico.

Sin duda es bastante más sencillo (y desde luego más evidente, ya que minora la siguiente nómina) determinar cuánto le cuesta al bolsillo de cada uno de los asalariados que secunden la huelga este día de protesta. La huelga libera al empresario de la obligación de abonar el salario al personal huelguista del día o de las horas de huelga. La suspensión del contrato libera de ambas obligaciones, la de trabajar y, claro está, la de remunerar el trabajo. La retribución que se descuenta por cada día de huelga comprende el salario de la jornada no trabajada, teniendo en cuenta la parte proporcional de las gratificaciones extraordinarias y la parte proporcional correspondiente a la retribución del descanso semanal del período en que se haya producido la huelga. En cuanto a la cotización a la Seguridad Social, se suspende la obligación de cotizar, tanto para el empresario como para el trabajador.

En dinero contante y sonante, ¿cuánto supondría?. En este país tan peculiar distintas empresas aplicarán sin duda métodos de cálculo distintos, pero la doctrina general será dividir el salario bruto anual entre los días laborables del año. Para un empleado medio que gane 1.000€ netos al mes en catorce pagas (unos 18.000€ brutos al año), dividiríamos 18.000€ entre 250 días laborables del año, con lo que el coste del día nos saldría 72€. Añadiendo la parte proporcional de las vacaciones, la factura se nos iría a unos 80€. Además, perderíamos la cotización a la Seguridad Social que la empresa realizaría por nosotros ese día, es decir unos 25 euros más. Que cada uno calcule proporcionalmente cuál sería su propio quebranto.

Dejando aparte disertaciones de carácter político, y recordando lo que hemos mencionado sobre que la producción que se pierde ese día será en buena medida recuperada en jornadas posteriores (el trabajo hay que sacarlo), el que económicamente pierde en el corto plazo es sin duda el trabajador. Veremos qué pasa en el incierto medio plazo, pero ya os anticipo que en este sistema económico en el que nos desenvolvemos siempre acaban perdiendo los mismos.

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