jueves, 12 de abril de 2012

EL COPAGO EN SANIDAD

El pasado lunes 9 de abril, el ministro de economía, el señor De Guindos, hizo unas declaraciones en la cadena SER que iniciaron un acalorado debate sobre el pago progresivo en sanidad; lo que se suele denominar copago sanitario. La frase que desató la polémica fue la siguiente:

“Yo soy de los que piensa que el copago no es la panacea en absoluto. Ahora bien, yo creo que tenemos que abrir un debate entre la Administración Central y las Comunidades Autónomas y pensar si por ejemplo en la situación actual tenemos que proveer todos los servicios sanitarios gratuitamente a un señor que gane cien mil euros.”

Las grandes conquistas de lo que conocemos como Estado de Bienestar son precisamente la educación y la sanidad gratuitas y universales. Quizá por eso la concatenación de hechos –las declaraciones del ministro y la comunicación por parte del gobierno de recortes adicionales de diez mil millones de euros en estas dos áreas– ha puesto muy nerviosa a buena parte de la población española. Y es que hacía pocos días que se habían dado a conocer unos apretadísimos y austeros en exceso presupuestos generales del Estado. Los insaciables mercados parecen no tener nunca suficiente.

El copago en sanidad consiste grosso modoen que el usuario pague por la sanidad. Por ejemplo, que se paguen x euros por visita al médico de cabecera o y euros por ser atendido en el servicio de urgencias. También puede consistir en pagar una cantidad fija (un euro por receta, por ejemplo) o un tanto por ciento por los medicamentos que nos recetan. En España ya tenemos copago en esto, en la medida en que pagamos un tanto por ciento del precio de los medicamentos que adquirimos por prescripción médica.

Cuando se propone establecer algún tipo de copago hay que tener claro cuál es el objetivo que se pretende conseguir, si coadyuvar a la financiación del gasto sanitario o moderar el consumo. La finalidad suele ser la segunda, ya que realmente un copago de unos pocos euros por consulta significaría un tanto por ciento muy reducido del gasto sanitario en España. Más parece ser que se busca desincentivar que saturen el sistema nacional de salud personas que realmente no necesitarían acudir en tantas ocasiones a la consulta del médico o evitar que se acumulen en casa más medicamentos “subvencionados” que los que estrictamente se necesitan.

Es esto seguramente a lo que se refiere el ministro con que el copago “no es la panacea”, pero modera el consumo y se reduce el gasto, no sólo por lo que se ingresa sino por lo que se deja de gastar. Además pone el ejemplo de un “señor que gane cien mil euros”, sugiriendo que las rentas más altas deberían pagar más (o pagar algo) por los servicios sanitarios.

Lo que plantea es razonable (que pague más el que más tiene), pero es que no parece aceptable que se diga que no hay más remedio, que la sostenibilidad del sistema sanitario español lo exige. Este tipo de medidas ponen en peligro las propias esencias de nuestro sistema, basado en la solidaridad y en la igualdad. Es posible que haya que reformar la actual participación económica del usuario en el“copago farmacéutico”, pues es a todas luces tremendamente injusto que un trabajador, aunque esté en paro o gane el salario mínimo, tenga que pagar una parte de los medicamentos, mientras que un pensionista, aunque cobre la pensión máxima, pueda acceder a los medicamentos de forma totalmente gratuita. Pero es que el gasto en sanidad es una partida más del presupuesto de los españoles, y existen alternativas a recortarlo, y son simples: recortar otras partidas de gastos o incrementar otros ingresos. Es un hecho que en este periodo de crisis el gasto en sanidad ha crecido notablemente en todos los países desarrollados, pero no parece que España tenga un consumo excesivo en materia sanitaria. Según datos del Banco Mundial, España dedicó en el año 2009 el 9,7 % del PIB a la sanidad. Dentro de la OCDE nos situamos en la media en cuanto al porcentaje de PIB que dedica a este capítulo, y siempre por debajo de países como Estados Unidos (16,2 %), Francia (11,7), Alemania (11,3), Dinamarca (11,2), Austria (11,0), Portugal (11,3), Suecia (9,9), y una larga lista más.


En el contexto actual de crisis económica se nos suele repetir a la ciudadanía que no nos podemos permitir el actual gasto sanitario, pero como hemos comentado hay alternativas, tanto por el lado de los ingresos como por el lado de los gastos.

Abrir el debate, como hizo el ministro el otro día, sobre si un señor que gane cien mil euros al año debe pagar por ir al médico o comprar medicamentos es sólo el principio. Veremos cómo se desarrolla todo esto en la ejecución presupuestaria y en la legislación de los próximos meses.

1 comentario:

  1. Completo, didáctico, riguroso y sencillo de entender, como siempre Josep. Desentrañas las mediocres parábolas, pobres metáforas y sinfundamento exabruptos de los diferentes políticos que nos mandan. Deshaces el ovillo de declaraciones huecas de éstos. Me gustaría verte con De Guindos, Montoro... en un programa de radio que se llamara "Tengo 10 preguntas para usted" con un detector de mentiras de esos de la telebasura puesto en el bíceps de los invitados e invitadas. Digo en la radio porque en la tele puede ser muy duro. Un abrazo.

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