domingo, 8 de enero de 2012

Presentación del Blog DIEZ HOMBRES JUSTOS EN SODOMA

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

(JORGE LUIS BORGES, Los justos)


[20]Después dijo el Señor: ---La denuncia contra Sodoma y Gomorra es seria y su pecado es gravísimo.[21]Voy a bajar para averiguar si sus acciones responden realmente a la denuncia.[22]Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abraham.[23]Entonces Abraham se acercó y dijo: ---¿De modo que vas a destruir al inocente con el culpable?[24]Supongamos que hay en la ciudad cincuenta inocentes, ¿los destruirías en vez de perdonar al lugar en atención a los cincuenta inocentes que hay en él?[25]¡Lejos de ti hacer tal cosa! Matar al inocente con el culpable, confundiendo al inocente con el culpable. ¡Lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?[26]El Señor respondió: ---Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.[27]Abraham repuso: ---Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza.[28]Supongamos que faltan cinco inocentes para los cincuenta, ¿destruirás por cinco toda la ciudad? Contestó: ---No la destruiré si encuentro allí los cuarenta y cinco.[29]Abraham insistió: ---Supongamos que se encuentran cuarenta. Respondió: ---No lo haré en atención a los cuarenta.[30]Abraham siguió: ---Que no se enfade mi Señor si insisto. Supongamos que se encuentran treinta. Respondió: ---No lo haré si encuentro allí treinta.[31]Insistió: ---Me he atrevido a hablar a mi Señor. Supongamos que se encuentran veinte. Respondió: ---No la destruiré, en atención a los veinte.[32]Abraham siguió: ---Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. Supongamos que se encuentran allí diez. Respondió: ---En atención a los diez no la destruiré.[33]Cuando terminó de hablar con Abraham, el Señor se marchó y Abraham volvió a su lugar.


(Abraham intercede por Sodoma. GÉNESIS 18, 20-33)






Este blog no es otra cosa que una voz que clama en el desierto globalizado, la molesta presencia de un individuo cabreado en el patio trasero de este mundo feliz que el neoliberalismo ha construido para nosotros. Vivimos en un tiempo en el que en el primer mundo las desigualdades entre los que más y los que menos tienen son las mayores en siglos. Aceptamos un sistema en el que una minoría de privilegiados condenan a muerte por hambre y enfermedad a decenas de miles personas al día. Personas que son como tú y como yo, a pesar de la distancia. Personas que al terminar el telediario sienten la punzada de hambre en todo el cuerpo y que mueren lenta y dolorosamente mientras nosotros nos ponemos a dieta por los excesos de los banquetes navideños. Y esa lacerante realidad, que nos es presentada como algo irremediable, como que llueve o que la noche sucede al día, sí que se puede cambiar y sí que es responsabilidad de todos hacerlo.

He comenzado la andadura de este blog con el poema Los justos de Borges, y con un fragmento de la Biblia en el que Dios decide destruir la ciudad de Sodoma porque supuestamente no encuentra en ella ni tan siquiera diez hombres justos. Siempre me fascinó ese pasaje bíblico, ya que llamó mi atención que entre todos los habitantes de la mítica ciudad de Sodoma el Señor de la Biblia no encontrase ni tan siquiera a diez de estos justos. Lo más probable es que esta ciudad jamás existiera, y de haber existido desconocemos si habría tenido mil o diez mil o cincuenta mil habitantes, pero sin duda se trata de una visión bastante pesimista del ser humano. Jorge Luis Borges, en el poema señalado, sugiere que existe un número determinado de personas justas que sostienen secretamente el mundo.

Dejándome de rollos, resumo: yo -al igual que en el poema de Borges- quiero también regar mi jardín, que significa difundir entre mi círculo más íntimo y después a todo el que quiera escuchar los temas que conozco en mayor o menor profundidad y que me inquietan. Lo haré a través de distintas secciones iniciales, que serán:

   - ECONOMÍA EN SODOMA.- Dada mi formación como economista, creo que a algunos os resultará interesante que os explique de la manera más amena posible cómo funciona la economía actual, curiosidades que nos pasan a menudo inadvertidas pero que determinan cómo se configura nuestra realidad, afectando nuestra vida todos los días. Me refiero a curiosidades como casos prácticos de fraude fiscal, la entelequia de la bolsa, las artimañas de los bancos, etc.
   - LA VOZ DE LOS CONDENADOS.- Tomo prestado el nombre de una sección de Bruno Cardeñosa en su programa La Rosa de Los Vientos de Onda Cero (tenéis el enlace en este blog). En esta sección le daré voz a los que no la tuvieron, a los que no la tienen y a los que previsiblemente no la tendrán. Hablamos de conflictos bélicos que a casi nadie le importan, o de personas y colectivos que sufren el oprobio de la exclusión social.
   - PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS.- Ya que me lanzo a la red global y cuento todas mis movidas, aprovecharé para pasar a limpio cientos de poemas que este humilde poeta ha compuesto en los últimos diez o quince años y para compartir con vosotros los nuevos que vayan naciendo de mi dolor y mi experiencia.

Y bueno, voy al lío. Sólo pretendo compartir con vosotros mis inquietudes, y que aprendamos juntos a ser un poquito más curiosos y un poquito más justos.



justicia.
(Del lat. iustitĭa).
1. f. Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.



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