viernes, 10 de abril de 2020

Una distancia casi insalvable

Entre tu lado y mi lado
del sofá
existe una distancia
casi insalvable.

Me estiro todo lo que puedo
con objeto de allanar tus piernas,
de apaciguar tu espalda,
para convencer
               (que venzan otros)
                              a las raíces de tu pelo,
para que sigan la dirección que deban seguir
pero teniendo en cuenta la mía.

Me estiro
(o al menos creo que lo hago)
pero mis dedos apenas avanzan
dos inútiles milímetros.

Cierro los ojos entonces
un momento.
Me ausento
-para adentro-
para ubicarme en la parte de atrás de mi cerebro,
donde todo es posible,
y allí mis miembros sí que responden
y me estiro de nuevo, un poco más.

Y cuanto vuelvo a la absurda
realidad de tu sofá
la distancia ya es insalvable;
sin el casi.


Albacete, Bankinter S.P., 05.05.2005, 14:15h


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