LOS OJOS DE ANA

Me duele destejer tus entretelas,

pues a entrañas abiertas, ganas tú
en carencia de besos y en penumbra,
en volumen de silencio, en alquitrán
obstruyendo tus venas.

Derramas la energía que sustenta

tu vientre de cemento, en un caudal
de cal viva y de arena, de una veta
de sonora y violenta soledad.

Y yo me tiendo aquí, como una cosa, al calor de tu diván

                       -forrado con la piel de todos los hombres-
seco ya de tus lágrimas.
                                     Las mías
ocupan su lugar en tus mejillas,
refrescando la alargada sombra de tus dudas.

Y me duele, con el aire en vilo,

la autopsia de tus ojos,
desgranar lo mucho que aún ocultas
detrás de tus certezas,
extirpar la tristeza que cultivas,
espantar tus males con mi canto,
suturar la esperanza que aún aguarda
detrás de tu crespón.

Me duele destejer tus entretelas,

pero en esta deconstrucción
(que es también la mía)
recogeremos con celo los pedazos de nuestros pedazos
en un nuevo viaje, de ida y vuelta,
y construiremos
                   -arquitectura de paciencia-
                                                   un nuevo lenguaje, unas nuevas promesas.

Porque nos han arrebatado a todos contigo imaginarios miembros

y en su lugar nos nace el corazón y la palabra,
y la paz en la almohada, y la pasión.


(JOSÉ ÁNGEL GARCÍA FERNÁNDEZ)
16:30h
En Albacete, a 8 de Febrero de 2012.

Para Ana, para Julián, para Daniel.